Trump hace campaña en su día libre de juicio para arrebatar Wisconsin y Míchigan a Biden
El expresidente de Estados Unidos y precandidato republicano, Donald Trump, ha protagonizado este miércoles un intenso día de campaña en Wisconsin y Míchigan, dos estados clave que espera arrebatar el próximo noviembre a su rival, el presidente demócrata Joe Biden, aprovechando una pausa en su juicio de Nueva York.
El republicano dio un discurso ante sus seguidores en Waukesha, a las afueras de Milwawkee (Wisconsin), y luego hizo lo propio en Freeland (Míchigan), en un intento de movilizar el voto blanco de las zonas manufactureras del Medio Oeste del país.
Trump se ha quejado reiteradamente de que el juicio en su contra por haber falseado supuestamente registros mercantiles para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels en 2016 lo mantiene alejado de la campaña electoral para las elecciones del próximo 5 de noviembre.
Por ello no ha desperdiciado su oportunidad de arremeter este miércoles en sendos eventos de campaña contra Biden, a quien calificó como «el peor presidente de la historia» por la inflación y por haber permitido una «invasión» de migrantes en la frontera sur.
Un día después de anunciar en una entrevista con la revista Time que planea utilizar al Ejército para arrestar a indocumentados, Trump prometió la mayor deportación que haya visto el país.
«Permitir la entrada por la frontera sur de millones y millones de personas, muchas de ellas muy malas, no es sostenible. Van a destruir el país. Vamos a hacer la mayor deportación de la historia. No tenemos otra opción», ha dicho.
Las protestas universitarias y el aborto
También ha asegurado que la criminalidad se ha disparado bajo el mandato de Biden, aunque alabó el trabajo de los policías y aprovechó para felicitar a los agentes de Nueva York que el martes desalojaron la protesta de estudiantes propalestinos en la Universidad de Columbia.
«La policía llegó y en dos horas todo había acabado. Fue precioso de ver», ha dicho el republicano, quien dijo que Biden ha estado desaparecido mientras se extendían las protestas en universidades.
Sus comparecencias coincidieron con la entrada hoy en vigor en Florida de una ley que restringe el aborto a las seis semanas de gestación, cuando muchas mujeres todavía no están embarazadas.
Trump se ha atribuido el mérito de que el Tribunal Supremo, con tres de sus nueve jueces nombrados por él, tumbara en 2022 la sentencia que protegía el aborto a nivel federal y defendió que cada estado debe tener su propia legislación.
Algunos de sus seguidores le pidieron una prohibición total del aborto, pero el republicano, que teme que mostrarse demasiado radical sobre este tema le pueda costar los comicios, les recordó que lo más importante es «ganar las elecciones».
De hecho, los demócratas quieren que la campaña gire alrededor de los derechos reproductivos y este mismo miércoles la vicepresidenta, Kamala Harris viajó a Florida para acusar a Trump de querer prohibir el aborto en todo el país si vuelve a la Casa Blanca.
Un candidato imputado cuatro veces
El republicano no solo se convirtió en el primer expresidente de Estados Unidos en sentarse en el banquillo de los acusados, sino que afronta además otras tres causas penales que están todavía pendientes de juicio.
Está imputado en un tribunal federal de Washington por intentar revertir las elecciones que perdió en 2020 contra Biden y haber instigado el asalto al Capitolio, en uno de Miami por retener ilegalmente documentos clasificados y en un tribunal estatal de Georgia por injerencia electoral.
Pero su turbulento camino judicial no le ha pasado factura en las encuestas. Según los últimos sondeos, lidera ligeramente la carrera en varios estados que, como Wisconsin, serán clave para definir al próximo inquilino de la Casa Blanca.
«Fui imputado por nada, no hice nada malo. Luego me imputaron otra vez, y otra vez y otra vez (…) Pero las encuestas van mejor que nunca», se ha burlado ante un auditorio entregado al que motivó a movilizarse contra Biden ante el miedo de que el presidente «desencadene el caos en nuestro economía».
Según los últimos sondeos, Trump lidera la intención de voto a nivel nacional, pero el sistema de Colegio Electoral que se utiliza para elegir al presidente hace que algunos estados indecisos sean clave para inclinar la balanza.
La región del Cinturón del Óxido, de la que forman parte Wisconsin y Míchigan, es una zona industrial clave, dado que Trump arrasó allí en 2016, pero Biden logró darle la vuelta en 2020.
Biden tiene el apoyo electoral del poderoso sindicato del motor UAW, muy influyente en la zona, y Trump no desaprovechó la oportunidad para advertir de que si el actual presidente es reelegido todos los vehículos de Estados Unidos acabarán siendo «fabricados en China».