Motos, sí. Broncano, no
Cada vez que Pablo Motos recibe en su programa a una invitada, un grupo de catequistas defensores de la corrección y de las buenas costumbres del ahora examina el programa con lupa para ver si el presentador se excede en alguna de sus preguntas, utiliza la ambigüedad, babea presuntamente, deja en mal lugar a la entrevistada o, esto es lo que más les gusta, recibe alguna respuesta cortante o indignada.
Pablo Motos es un tipo rápido, inteligente, algo excesivo y bastante vanidoso. Lo ha dicho él en algunas entrevistas y ha confesado que, con la edad, está aprendiendo a matizar su carácter. Su programa es un éxito indudable y, quizá por eso y por lo dicho antes, tiene un número importante de detractores. Parece que a algunos, desde hace un tiempo, tampoco les gusta que el presentador se lance de vez en cuando a emitir opiniones políticas en las que critica a los que están en el poder.
Criticar a los que ocupan el poder es un lujo y, a veces, una obligación. Hacer la pelota, justificar el relato que te venden, ser el altavoz, recibir las filtraciones por el conducto reglamentario, decir a todo que sí y ser, a fin de cuentas, un siervo es la parte fácil de la profesión. Esto no debería olvidarlo nadie, por lo que pueda pasar. Las redes crucifican a Motos y a sus colaboradores en cuanto pueden como en una cacería cuando critican al que manda.
«Si Motos hiciera alguna pregunta como las que hace Broncano sería lapidado al amanecer»
Mientras tanto, el señor Broncano, con una audiencia sensiblemente menor y un eco notable en Internet recibe el beneplácito del citado grupo de catequistas a los que no les importa nada que haga, al menos, dos preguntas siempre babosas y maleducadas. Al parecer, Broncano hace gracia y sus invitados le siguen la broma del cuánto han follado y del cuánto dinero tienen en su cuenta. Es un sitio por el que hay que pasar si estás en la cresta de la ola. Ya lo dije aquí una vez y lo repito de nuevo: esto es cutre, soez, maleducado, informativamente irrelevante y poco formativo.
El famoseo que se acerca al sillón sucio de la Resistencia sabe lo que hace y el grupo catequista que lo defiende, también. Si aplicaran la misma medida a Motos, alguna red social implosionaría. Si Motos hiciera alguna pregunta como las que hace Broncano sería lapidado al amanecer. Puede que haya una diferencia generacional, estética, humorística, contextual, de lenguaje audiovisual o política, vaya usted a saber, pero la comparación entre la lupa de uno y el todo vale del otro queda muy lejos del equilibrio.