esta es su historia real interpretada por Sofía Vergara
A sus quince años, Griselda Blanco era la delincuente más codiciada de Medellín. Ella descubrió que, en un mundo de hombres, ser mujer le daría la ventaja que necesitaba para pasar desapercibida por la policía en el sector del narcotráfico y se convirtió en pionera del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, abriendo el camino Colombia-Florida que luego continuaría Pablo Escobar.
En total, asesinó a cerca de 250 personas, entre las que se incluyen sus tres exmaridos, razón por la que se ganó el mote de ‘La viuda negra’. Algunas de sus ‘hazañas’ más conocidas fueron el intento de secuestrar a John Kennedy y el robo de la vajilla de la reina Isabel. Aunque Griselda fue, ante todo, la fundadora del Cartel de Medellín, y durante mucho tiempo, pidió que se asesinara en su nombre, al menos, una vez a la semana.
De carterista a ‘mula’
Griselda Blanco nació en 1943 en Cartagena. Las circunstancias de su nacimiento anticipaban una vida, cuanto menos, complicada. Su madre había quedado embarazada de su patrón, que no quiso reconocer al bebé. Así que muy pronto, ambas se mudaron a Medellín.
La miseria, la violencia física, los abusos sexuales y el maltrato que sufrió desde niña por parte de su familia, y del novio de su madre, conformaron su personalidad. A los once años, Blanco formó su primera banda criminal: un grupo de carteristas que robaba en los barrios más peligrosos de la ciudad.
No pasó mucho tiempo hasta que Griselda cometió su primer asesinato. Junto a un grupo de niños, secuestró al hijo de 10 años de una familia adinerada, y le escondieron «mientras sometían a su familia con sus demandas». Aunque la familia no llegó a tiempo. Quizás, por vivir en un ambiente tan propenso a la violencia, la niña de once años se sentía insensible a ideas sanguinarias, tal vez era sólo su naturaleza. El caso es que Griselda puso el arma en la cabeza del niño, apretó el gatillo y se convirtió en el primero de una larga lista de víctimas”, contaba Ethan Brown en un perfil sobre Blanco publicado en la revista colombiana Don Juan en octubre de 2008.
El nacimiento de ‘el cartel de Medellín’
Carlos Trujillo, un falsificador de visas unos cuantos años mayor que ella fue su primera pareja y padre de sus tres hijos. Su segundo marido fue Alberto Bravo, un pequeño traficante que la introdujo en el mundo de la cocaína. Juntos se mudaron a Nueva York y desde allí comenzaron a comercializar a diez veces su valor los cargamentos de cocaína que compraban a enfermeras en una clínica de Medellín. Estaba naciendo el reino de Griselda.
Durante estos primeros años, Blanco probó todos los escondites posibles en el cuerpo de sus mulas, que muy a menudo eran mujeres y prostitutas. Ella sabía que jugaban con ventaja. Les rellenaba los corpiños y el doble fondo de los zapatos de tacos con cocaína. También usó otros métodos, como falsos fondos en valijas, en jaulas de perros o paquetes con ropa interior.
En los años 70, Griselda y Bravo habían extendido su negocio y sobre todo, su nombre. Ella era ‘La Patrona’ y él, había pasado a un segundo plano. Tanto que, muy pronto, acabó muerto tras un enfrentamiento a disparos entre ambos. Por aquel entonces, Griselda ya era una obsesión para la DEA.
Aunque ni siquiera eso la frenó. Con Darío Sepúlveda, otro grande del narcotráfico y el gran amor de su vida, tuvo a su cuarto hijo: Michael Corleone, en honor a El Padrino, la película de Francis Ford Coppola, que la inspiró a lo largo de su vida.