La salida de Calviño hacia el BEI acelera las quinielas para nombrar sucesor en Economía
Ya es oficial: Nadia Calviño será la próxima presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Tras cuatro meses de arduas negociaciones en Europa, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos pondrá rumbo a Luxemburgo en las próximas semanas para dirigir el banco público europeo. La marcha de Calviño, que se daba ya por hecha en los últimos días, aviva el debate sobre quién sucederá a la gallega a los mandos de la política económica de España. Una cuestión sobre la que hay muchas más dudas que certezas y que Sánchez no parece tener especial prisa en dilucidar.
Interrogada este mismo viernes sobre cómo se ejecutará su transición entre el Consejo de Ministros y la presidencia del BEI, la todavía ministra de Asuntos Económicos ha echado balones fuera. «Es una decisión que se ha tomado esta mañana. No hemos empezado el contacto para saber cuáles son las opciones y cómo se encauzaría«, ha dicho Calviño a preguntas de la prensa. «Es prematuro especular, solo ahora que se ha tomado la decisión empezaremos a tomar contacto con el banco, los procedimientos y ver opciones», ha agregado Calviño.
Lo cierto es que, si el proceso funciona con normalidad, la todavía vicepresidenta debería asumir su nuevo cargo el próximo 1 de enero, que es cuando caduca el mandato del actual presidente, el alemán Werner Hoyer. Aunque el respaldo de los Veintisiete convierte a Calviño ya de facto en presidenta del BEI, su nombramiento debe aprobarse de manera formal en el consejo de gobernadores de la institución con sede en Luxemburgo, que se convocará previsiblemente en los próximos días. La presidencia del BEI es incompatible con la presencia de Calviño en el Consejo de Ministros por lo que, si los acontecimientos se ciñen al guion, la ministra de Economía debería estar fuera del Gobierno antes del próximo 1 de enero.
Sin embargo, aunque los plazos aprietan, Sánchez ya ha adelantado que el relevo no será inmediato. Pasarán todavía unos meses hasta que el remplazo de Calviño asuma sus funciones. Las especulaciones sobre quién será el sucesor (o sucesora) de Calviño se suceden desde hace semanas, pero se intensificarán en los próximos días. Por el momento Sánchez no ha querido despejar incógnitas. Ni siquiera ha aclarado si el sustituyo vendrá de dentro o de fuera del Gobierno.
Entre los nombres que más han sonado en las últimas semanas destacan cuatro. El primero de ellos es el del anterior ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Escrivá, que ocupa ahora la cartera de Transformación Digital. El economista albaceteño tiene un currículum de relumbrón. Ha ocupado puestos de relevancia en el Banco de España, el Banco Central Europeo, ha sido economista jefe de BBVA y el primer presidente de la Airef.
Dentro del Ejecutivo, también suena el nombre de Manuel de la Rocha, el responsable de la oficina económica de Moncloa, que ha sido recientemente ascendido a rango de secretario de Estado. De la Rocha es licenciado en empresariales y ha trabajado en diferentes organismos públicos y multilaterales, entre los que destacan la Comisión Europea o el Banco Mundial. Desde su responsabilidad como asesor económico del presidente, ha estado en contacto estrecho con Bruselas en la negociación del plan de recuperación español.
Fuera del Ejecutivo, hay otros dos nombres que hacen ruido en las quinielas. Uno de ellos es el de David Vegara, ex secretario de Estado de Empleo en el primer gobierno de Zapatero. Vegara es economista de formación y ha pasado por organismos como el FMI o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), del que fue subdirector. También ha sido jefe de estudios del Banco Sabadell, donde actualmente ocupa un asiento en el consejo de administración.,
El otro nombre es el de José Manuel Campa, el sucesor de Vegara cuando abandonó la secretaría de Estado de Economía en 2009. Campa también cuenta con dilatada experiencia internacional, con experiencia en el Banco Mundial, el FMI o la propia Comisión Europea. Actualmente preside la Autoridad Bancaria Europea, el regulador europeo encargado de realizar los test de estrés a los bancos.
Sin embargo, más allá de las quinielas, la decisión de Sánchez sigue siendo una incógnita. Tampoco se puede descartar que el presidente opte por un perfil técnico desconocido para el gran público como ocurrió con la propia Nadia Calviño en 2018. Entonces Sánchez, se trajo a la funcionaria española de mayor rango en Bruselas, un nombre que no estaba en ninguna de las quinielas.
Las cuentas pendientes de Calviño
Más allá de cómo se resuelva la cuestión sucesoria, Calviño tiene todavía algunos compromisos que cerrar antes de marcharse a Luxemburgo. En el ámbito europeo, su último servicio será culminar la reforma de las reglas fiscales comunitarias, que estos días debaten intensamente los Ejecutivos europeos. La vicepresidenta se está encargando de coordinar las negociaciones bajo el paraguas de la presidencia española de la UE, que concluye el próximo 31 de diciembre. La negociación está ya bastante avanzada y el acuerdo podría cerrarse en los próximos días, ya sea en la reunión del Consejo Europeo que se celebrará el 14 y el 15 de diciembre o en un Ecofin extraordinario la penúltima semana del año.
En el terreno nacional, el departamento de Calviño sigue negociando con el Ministerio de Trabajo la reforma del sistema de subsidios por desempleo —las ayudas a las que pueden optar algunos parados cuando agotan su prestación—. Un cambio legislativo que ha generado un fuerte enfrentamiento entre Calviño y Yolanda Díaz, con duras acusaciones de la ministra de Trabajo.
Precisamente, una de las tareas que tendrá que abordar el sucesor de Calviño será la relación con la otra visión económica de la coalición, representada por la ministra de Trabajo. Díaz ha aprovechado la salida de Calviño para marcar perfil propio en las últimas semanas con un tono duro y firme en sus postulados.
