Al menos que cuenten la verdad
Este martes, Ni que fuéramos arrancaba con un «misterio» que mantenía en vilo a los espectadores: uno de sus colaboradores habría protagonizado una situación de lo más embarazosa en un bazar de Madrid. En los últimos minutos de emisión, se ha revelado la identidad del implicado: Kiko Hernández.
María Patiño ha introducido el vídeo haciendo referencia al altercado. «Hay testigos de que esa persona, que es uno de nosotros, monta un pollo fuera de lo normal», ha comentado la presentadora antes de dar paso a las imágenes.
En el material audiovisual, registrado en la calle Fuencarral de Madrid, se observa al colaborador mirando varios productos de una tienda. Los testigos, que comentaban la escena en voz de fondo, daban su versión de lo ocurrido. «Entramos en el AliExpress cuando de repente vemos a un hombre a grito pelado, pero a grito pelado, haciendo una videollamada con una mujer», relataba uno de ellos.
Según decían, la visita del tertuliano comenzó con la intención de comprar un altavoz inalámbrico. «Estaba diciendo encima que era como carísimo, y eran como 9 euros«, se escucha en la grabación entre risas. «Se ha quedado tiesa, está a fin de mes. Hay que llamarle más al programa, por favor», bromeaban.
Sin embargo, tras la reproducción, Hernández no ha dudado en defenderse y desmentir la historia. «Es mentira», ha afirmado. Según el televisivo, el verdadero propósito de su visita era buscar un secador para su cuñada, el cual estaba agotado.
Ante esta situación, Hernández optó por mostrar otras opciones a través de una videollamada, asegurando que en ningún momento su actitud fue irrespetuosa ni dio lugar al supuesto «pollo» que describen quienes lo filmaron. «Si te graban un vídeo, que al menos cuenten la verdad. No monté ningún pollo ni monté nada», ha puntualizado, visiblemente molesto con la interpretación dada.
Finalmente, el que fuera concursante de Gran Hermano ha concluido: «Si yo monto un pollo, digo: ‘Oye, lo reconozco’. Ellos interpretan eso, pues yo interpreto lo que es y les llamo gilipollas«. Además, ha insistido en que los precios en el establecimiento eran asequibles y ha señalado que mantiene una buena relación los dueños del local.