Barcelona defiende «eliminar» de Ciutat Vella las actividades que «no aportan nada» como vender carcasas de móvil

 Barcelona defiende «eliminar» de Ciutat Vella las actividades que «no aportan nada» como vender carcasas de móvil


El teniente de Seguridad y concejal de Ciutat Vella en el Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, defiende en una entrevista a la ACN que es necesario «eliminar» del distrito aquellas actividades que «no aportan nada» y cita como ejemplo la venta de carcasas de móvil. El futuro del distrito, asegura, debe orientarse hacia potenciar actividades «que son necesarias».

A través del Plan de Usos, dice, se debe ver cómo eliminar o «restringir» estas u otras actividades económicas, como los locales de recuerdos o ‘souvenirs’, que bajo el pretexto de un epígrafe venden artículos «bastante significativos». Por otro lado, Batlle reafirma que es necesario desalojar la antigua escuela Massana y recuperarla, igual que se hizo con la Tancada migrant: «Aquí no hay mucho que discutir».

«¿Qué aportación tiene vender carcasas de móviles?», se pregunta Batlle, que al mismo tiempo se cuestiona cómo estos establecimientos pueden pagar alquileres de 5.000 euros en la calle Comtal o Santa Anna y pide la implicación de la Agencia Tributaria para aclararlo.

El Plan de Usos servirá también para identificar «bien» algunas actividades. Por ejemplo, recuerda que se hizo una suspensión de licencias en la venta de semillas, ya que a raíz de una queja del gremio de floristas se vio que estaban proliferando las licencias de floristería para vender productos de CBD. «Ahora hay un epígrafe específico y ese epígrafe suspende la licencia de este tipo de actividades», comenta. De esta manera, el Ayuntamiento se da cerca de dos años para ver de qué manera se regula el conjunto de actividades permitidas o no en una de las zonas más congestionadas de la ciudad.

Objetivo: recuperar la antigua Massana

Batlle valora la «gran transformación» de Ciutat Vella impulsada por los alcaldes Maragall y Clos y que se tradujo en «una actuación integral» que comportaba acciones urbanísticas, sociales, educativas o sanitarias. Desde entonces, admite, ha habido «un cierto punto y aparte y una degradación de algunas partes» del distrito. Por eso, cree que es necesario recuperar «el espíritu» con el que se emprendió la reforma a finales de los años ochenta y a lo largo del año 90. Así, habla de potenciar actividades desde el punto de vista de la vivienda, políticas urbanísticas y sociales y que Ciutat Vella recupere «dignidad y fuerza» donde se ha perdido.

El concejal se muestra convencido también de los pasos dados por el Ayuntamiento para recuperar la antigua Massana. «Hubo una ocupación absolutamente ilegal», dice Batlle, que cree que nada justifica la ocupación del espacio en 2020 por parte de entidades y movimientos sociales del barrio. «Ya haremos las políticas sociales si conviene, pero las haremos acordadas y dirigidas desde la administración», dice.

Según él, este espacio se había degradado y es necesario recuperarlo igual que se hizo hace unos meses desalojando la Tancada migrant, que también forma parte del mismo complejo. «Todo esto lo enmarcamos en un proceso de recuperación de una zona muy crítica y sensible, que son los jardines del antiguo hospital de la Santa Creu y Sant Pau, que queremos que recupere la dignidad», señala. «No hay mucho que discutir», dice en relación con el desalojo de la antigua Massana, todavía sin fecha fijada en el calendario.

En relación con Can Vies, espacio ocupado y autogestionado en Sants desde 1997, la previsión del Ayuntamiento es abrir un proceso participativo al vecindario y agentes clave del barrio. Preguntado por Can Vies -que no se ubica en el distrito del que es concejal Batlle-, defiende «regularizar» una situación «irregular» y que la situación se revierta y tenga un «ajuste a la legalidad urbanística».

Ocio nocturno y turismo

En relación con el ocio nocturno y el turismo, que afectan especialmente a Ciutat Vella, Batlle dice que es necesario ver cómo se organiza el ocio nocturno y agradece el apoyo del sector para controlar los accesos y entornos y minimizar las molestias en zonas de mayor concentración. «Hay zonas de la ciudad que tienen unos niveles de ruido y de molestias que los ciudadanos no tienen por qué aguantar», reconoce.

El concejal admite que Barcelona tiene un problema respecto con ocio nocturno: «Es una ciudad pequeña, densa, y que no tiene espacios de descompresión». Hace unos años, comenta, había grandes polígonos lúdicos en el área metropolitana y muchas discotecas fuera de la ciudad, pero han ido cerrando, lo que provoca a menudo una concentración en la capital catalana. Por eso, cree que es necesario analizar dónde se ubican este tipo de actividades o plantear ayudas puntuales para insonorizar una habitación o dormitorio.

Sobre el futuro de las discotecas del Front Marítim, Batlle dice que el debate continúa abierto y habrá que hablarlo con la Generalitat y el Estado, este último titular de una parte de los espacios. Según él, en los últimos años el grado de molestias en la zona ha disminuido «de manera muy significativa».

En cuanto al turismo, Batlle destaca que Barcelona vive cifras «récord» y es necesario evitar que haya un punto de «saturación». Esto se está corrigiendo, menciona, a través de acciones en Ciutat Vella como la prórroga de las limitaciones de grupos turísticos a 20 personas por grupo. Además, también destaca de qué manera se regula la presencia de cruceristas en la ciudad y pone en valor la suspensión de licencias de pisos turísticos.



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