La hija extramarital del rey emérito belga reclama un trato igual al de sus hermanos
La hija ilegítima del rey emérito de Bélgica, la artista Delphine Sajonia-Coburgo (antes apellidada Boël), ha protestado ante el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, por no recibir el mismo trato que sus medio hermanos Laurent y Astrid a la hora de ser invitada a eventos de la familia real.
En una carta redactada por el abogado de la artista, Marc Uyttendaele, y cuyo contenido fue revelado por varios diarios belgas, Delphine Sajonia-Coburgo expresa que le gustaría «ser invitada a todos los eventos reales«, y no sólo a la fiesta nacional, el 21 de junio, o los homenajes a familiares fallecidos.
Explica, por ejemplo, que el pasado 15 de noviembre quedó excluida de la celebración del Día del Rey.
La justicia belga determinó en 2020, siete años después de la primera demanda de paternidad de Delphine y tras una larga batalla en los tribunales, que la mujer de 53 años era fruto de una relación extramatrimonial del rey emérito Alberto II de Bélgica.
La sentencia obligó a la familia real a tratarla en las mismas condiciones que a los hermanos menores del actual rey, Felipe.
Su abogado aclaró este sábado que la carta -inicialmente remitida al rey Felipe, pero redirigida al Gobierno por una cuestión de competencias- no debía haberse filtrado.
Añadió que, en ningún caso, quería «provocar ninguna controversia», pero advirtió de que su clienta se encontraba en una situación «insostenible» al tener que elegir entre quedarse callada o contar la verdad y dañar la imagen de la monarquía.
«En un espíritu de buena voluntad y discreción, consideró necesario aclarar una situación embarazosa en la que se la trata de forma diferente a su hermana Astrid y a su hermano Laurent» -los hermanos menores del actual rey Felipe-, añadió el letrado.
La prensa belga señala que a la ahora princesa se le había justificado la diferencia de trato por el hecho de que no recibe -y nunca ha solicitado- una dotación del erario público, pero su abogado considera que «no hay justificación para que no se la considere plenamente como miembro de la familia real».