Deshojar la margarita | Opinión de Elías Durán de Porras

 Deshojar la margarita | Opinión de Elías Durán de Porras


A la alcaldesa de Valencia le gustan los versos de Serrat. En su discurso en Nueva Economía Forum de la semana pasada, Mª José Catalá recordó la canción La mujer que yo quiero para explicar que ella es muy poco de «deshojar margarita» y tiene las ideas claras sobre el modelo de ciudad que desean los valencianos.

El encuentro con la alcaldesa revestía gran interés. No tanto por su rendición de cuentas en el ecuador de su mandato. Como bien saben, en todos los corrillos y mentideros de la capital no ha dejado de sonar su nombre para relevar a Carlos Mazón al frente de la Generalitat. Se ha llegado a decir incluso que hasta Feijóo la tenía en mente como ministra en un hipotético gobierno del PP.

Pues no se anduvo por las ramas Catalá y tampoco deshojó la margarita con este asunto. El chocolate espeso y el agua clara, que dicen en Madrid. La alcaldesa no piensa dejar su ciudad porque tiene un proyecto claro que necesita varios años para tomar forma después de los años del Botànic. Que tome nota Pilar Bernabé.

Hubo otro aspecto relevante en su discurso. En el votante de centroderecha español cunde el desaliento al ver que sus políticos están más interesados en la gestión que en enfrentarse a los mantras de la izquierda. Catalá no se presentó solo como una «tecnócrata». Dejó muy claro que una cosa es superar los retos globales a los que se enfrentan las grandes ciudades, que no suponen un modelo de ciudad, y otra reforzar la identidad, cultura y tradición que han hecho de Valencia los valencianos.

Dicho de otra manera: no se trata solo de gestionar bien. La alcaldesa quiere una capital en la que se reconozcan los valencianos (los nuevos y los de siempre). Justo lo contrario de Ribó y los suyos, que por desgracia de la ideología hacían religión y de Valencia un poble en órbita alrededor de la gauche divine de Barcelona



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