Almeida cogerá al menos seis semanas de paternidad y abonará a su hijo al Atleti en cuanto «asome la cabeza»

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tiene decidido coger las seis semanas obligatorias de baja de paternidad cuando nazca su hijo Lucas y probablemente la extenderá como poco hasta «el final de agosto», una decisión que toma por «convicción personal” pero también con el propósito de hacer pedagogía sobre la importancia de la conciliación familiar y laboral.
Así se ha expresado el alcalde en una entrevista con Servimedia en la que ha hablado sobre el nacimiento de su primer hijo, que se espera para finales de este mes de junio, aunque podría llegar en cualquier momento por el estado de gestación de su mujer, Teresa Urquijo.
Además de las semanas que cogerá como parte de su baja de paternidad, el alcalde tiene claro quién será la primera persona a la que llamará desde el hospital. Será al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, para que lo abone al club rojiblanco, debido a que, como ha bromeado, necesita tener «el móvil preparado» para anticiparse a la llamada que su mujer querría hacer al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, para que sea merengue. «En cuanto asome la cabeza llamo, porque si no lo va a hacer la madre», ha comentado entre risas.
El asunto no es menor para el alcalde, que va a ser padre primerizo a los 50 años. Considera que de esa llamada podría depender si Lucas es abonado colchonero, vikingo o ambos. Ante la posibilidad de que se dé esta última situación, el regidor se ha abierto con sorna a estudiar una modificación «en la normativa municipal» porque «debería ser incompatible».
Baja de paternidad
Cuando nazca el niño, el alcalde ha comenzado su baja de paternidad, que será de seis semanas, «con toda la felicidad del mundo», aunque «posiblemente» se extienda hasta «el final de agosto directamente». En cualquier caso, ha zanjado que si «el resto de semanas por cualquier circunstancia es necesario» que coja su permiso lo hará «sin lugar a dudas».
Preguntado precisamente sobre la conveniencia de dar ejemplo de conciliación, ha señalado que sí hay que hacer pedagogía ante el resto de la sociedad porque hay «un problema de natalidad» y, por tanto, «todo lo que se apoye desde las políticas públicas, pero también de los responsables públicos», es una «obligación». Y como parte «imprescindible» de ello, «generar más y mejores políticas de conciliación».
«Aparte de mi caso personal, insisto, padre primerizo, padre abuelo, con todo lo que eso supone, la felicidad que para mí es, la estabilidad que tengo gracias a Teresa, aparte de eso, creo también que, como responsable político y en la situación que vivimos en España desde el punto de vista demográfico y desde el punto de vista de la natalidad, yo creo que todos los gestos son necesarios», ha destacado.
El alcalde toma esta decisión «por convicción personal, pero también por la convicción» de que estas seis semanas son «necesarias” y que estando «al lado» de su mujer en ese tiempo podrá «ser de gran ayuda». «Espero que ella piense lo mismo», ha apostillado.
El primer edil de la capital de España ha insistido en que el mensaje hacia el conjunto de la sociedad es que «las políticas de conciliación son extraordinariamente importantes» y que si se quiere «solucionar el problema de la natalidad» hay que «pasar también por solucionar la conciliación».
En este sentido, ha reflexionado que «posiblemente uno lo hace mejor en lo profesional cuando tiene estabilidad en lo personal» y que tener estabilidad en lo personal exige también saber «dar a cada momento» la «importancia que tiene que tener». «En ese sentido, la verdad es que mi prioridad total y absoluta en este momento ya casi es que todo vaya normal y que podamos llegar a casa con el niño», ha zanjado.
Con respecto al nerviosismo previo, ha reconocido que está «mucho más nervioso por el parto» que por otros asuntos importantes que tiene por delante, como el Debate sobre el estado de la ciudad, más aún «siendo padre primerizo y padre abuelo», ha reiterado.