¿Duermen bien los españoles? Cuanto más jóvenes peor es la calidad del sueño

El sueño es un pilar fundamental para el bienestar físico y mental de las personas. Sin embargo, según una encuesta realizada por el Instituto DYM para 20minutos, ha habido una alarmante tendencia mundial de disminución de su calidad. Los resultados de la investigación alertan sobre el impacto de la tecnología y los factores socioeconómicos como los principales motivos del descenso.
En España, actualmente, un 56% de la población asegura dormir bien a menudo. El 28% de los españoles confiesa que sólo descansa algunas veces y el 15% restante reconoce que muy ocasionalmente o nunca duerme a gusto. El estudio evidencia que los hombres duermen mejor, un 61% frente a un 51% de las mujeres. El desasosiego por las noches las castiga más a ellas: un 32% sólo duerme bien algunas veces y un 45% no lo hace prácticamente nunca, frente a un 23% y un 14% de estadísticas de los hombres, respectivamente.
En este contexto, los españoles mayores de 65 años son los que mejor descansan -un 66%- seguidos de las personas de entre 36 a 65 años. La población joven es la que peor duerme: sólo un 47% de las personas entre 18 y 35 años afirma descansar bien. Y la situación laboral tiene mucho que ver: los jubilados lideran la estadística en descanso, con más de un 60%; los siguen los autónomos y trabajadores a jornada completa, un 57%. Los desempleados y trabajadores del hogar son los que menos descansan: un 28% y un 20% respectivamente.

Mientras, a nivel mundial en 2025, un 62% de la población asegura dormir bien con frecuencia. Una cifra que ha descendido en los últimos cuatro años: en 2021, los datos rondaban el 65%. El 24% de los encuestados confiesa que sólo duerme bien algunas veces, frente al 13% de la población restante que admite que casi nunca duerme a gusto. El malestar en el sueño ha ascendido un 1% desde 2021.
Según los resultados a escala global, acostumbran a dormir mejor y más a menudo los hombres, un 63% frente a un 60% de las mujeres. El 25% de la población femenina sólo duerme bien algunas veces y un 14% no lo hace prácticamente nunca, frente a un 23% y un 12% de estadísticas de los hombres. Los estudiantes, autónomos y trabajadores a jornada completa son los que mejor descansan -un 64%- en contraposición a los desempleados.
¿Cómo impacta la tecnología en el descanso?
Quedarse despierto hasta tarde utilizando el móvil o el ordenador es una práctica muy habitual. Sin embargo, desciende de manera drástica nuestra calidad del sueño, resultando en un menor descanso del necesario.
España muestra responsabilidad, de forma genérica, en este asunto: más de un 50% asegura que muy de vez en cuando se queda hasta tarde utilizando algún dispositivo, frente a un 26% que confiesa quedarse algunas veces y un 20% que reconoce que sí lo hace muy a menudo. Las mujeres son las que más instaurada tienen esta práctica, un 28% frente al 26% de los hombres.
Los jóvenes, de 18 a 35 años, son los que más aguantan despiertos utilizando el móvil o el ordenador, casi un 40%. Conforme aumenta la edad, disminuye el consumo de las pantallas antes de dormir: los mayores de 46 años son quienes menos lo hacen, el porcentaje no llega ni al 20%. Más de un 40% de ellos son estudiantes -quienes más y mejor manejan las tecnologías- seguidos de los desempleados, un 34%.

¿Y a nivel mundial? La media global cifra en un 27% el porcentaje de la población que se queda a menudo despierto con algún dispositivo tecnológico. Un 25% dice que sólo algunas veces y casi la mitad, un 47%, no lo hace casi nunca. Las mujeres, de la misma forma que en España, son las que más a menudo se quedan despiertas.
La estadística por rango de edad coincide con la española: cuánto más joven, más tiempo se quedan despiertos con el móvil o el PC. Tan sólo un 12% de los mayores de 65 años confiesan llevar a cabo esta práctica. El primer puesto lo disputan entre los estudiantes y los empleados: un 43% y un 42%, respectivamente. Los jubilados y/o discapacitados son quienes menos lo hacen, un 14%.
Adoptar hábitos saludables, crear un ambiente propicio para el descanso y concienciar sobre la importancia del sueño serán claves para mejorar la calidad de vida. Solo así podremos aspirar a convertirnos en una sociedad descansada y, en consecuencia, productiva y feliz.