La lección de los informativos de la televisión en el mes de la trágica DANA
La mejor realidad aumentada no son gráficos hechos por ordenador. Ni siquiera con inteligencia artificial. La mejor realidad aumentada es pisar a la calle. Y la tecnología de hoy permite una versatilidad que han demostrado los informativos de las diferentes cadenas de televisión en los días después de la tragedia de la DANA.
Los Telediarios pudieron emitir con los rostros de los informativos en los lugares arrasados con la riada. Haciendo al espectador partícipe de la realidad como nunca antes se había hecho en la televisión en España. Llevando el reporterismo en crudo a las presentaciones de los espacios de noticias.
Los dos grandes grupos privados, Atresmedia, Mediaset y la radio televisión pública, RTVE y la autonómica valenciana À Punt, han constatado el buen momento de sus servicios de informativos, sobre todo porque consiguieron lo más difícil: el equilibrio de honestidad en un ambiente que es fácil caer en el sensacionalismo. Los magacines no siguieron esa estela.
Pero los informativos complementaron los vídeos de la crónica con el compromiso de estar en el sitio de la noticia con la sensibilidad que no necesita aspavientos. Tampoco abusa de las frases hechas. Al contrario, aportando la serenidad que es la base de la buena información, la que explica desde la prudencia que es un arco de seguridad contra la especulación que da alas a los bulos que buscan mercadear con el dolor ajeno.
Periodistas y realizadores han obrado un retrato documental en pleno directo gracias a encontrar el equilibrio en la pedagogía de la palabra y la fuerza de la imagen. También incorporando los encuadres de drones que mostraban desde el aire el calado del drama humano sin necesidad de escarbar en el dolor más íntimo.
Los Telediarios para salir a la calle ya no necesitan llevarse un escenario con su mesa y sus focos como antaño. Basta estar donde hay que estar. La televisión necesita menos argumentario político y más reporterismo clásico. Ese que sale a tocar la realidad hasta que la realidad contraste y desmonte los prejuicios instalados en el ojo del periodista.
Ha pasado un mes de la DANA. Ahora que nadie se olvide que el periodismo es seguimiento, no el impacto del cartelito de ‘Última hora’. El periodismo siempre debe tener los pies en el barro. Esta vez, no fue de forma alegórica.