Un problema que sigue lejos de desaparecer
Hace ya más de 20 años que los españoles recibimos de forma constante impactos de las campañas institucionales contra la violencia de género. Veníamos de un periodo en el que ni siquiera había un nombre específico para esa violencia sobre la mujer y se relativizaban situaciones que en absoluto eran normales. De ahí venimos y, como sociedad, se ha avanzado mucho.
Sin embargo, no está tan claro hacia dónde vamos ahora. Los datos sobre la realidad de la violencia de género en este 2024 son bastante alarmantes. El sábado se produjo otro asesinato, y ya van más de 40 en este año. La inquietud aumenta, además, cuando se verifica que la mayor sensibilidad social parece no haber mella en los datos de agresiones a jóvenes.
La encuesta de DYM para 20minutos refleja que el 16% de las jóvenes de este país aseguran haber sufrido acoso sexual durante este año. Y si ampliamos el concepto a violencia física o psíquica, el porcentaje sube hasta el 27% de las chicas de esa edad.
Son cifras inadmisibles que deberían hacer replantear a las instituciones si la estrategia que están siguiendo es la más adecuada. Desde luego, completamente eficaz no parece que sea.
