María Pombo va a terapia de pareja
Es una de las noticias que ha copado los titulares de las últimas semanas. La famosa influencer María Pombo ha reconocido en la tercera temporada de su documental que ha necesitado acudir a terapia junto a su marido, el empresario Pablo Castellano, para salvar su matrimonio. Tal cual, así lo comentan ambos, donde dicen además que fue un paso difícil de dar, pero que así lograrían entender mejor lo que les podía ocurrir a nivel interno. La gente puede ver en esto algo negativo y enseguida aflora la palabra crisis, pero lo cierto es que hoy en día, donde las redes sociales muestran una vida virtual que dista bastante de la realidad, que los más expuestos reconozcan una debilidad puede causar furor.
Acudir a terapia no es fácil, sea cual sea el apartado de la vida en el que toque. De hecho, dar ese primer paso suele costar más porque las personas parece que no reconocen que tienen un problema hasta que este les ahoga de tal manera que la única manera de salir de él es levantando la mano y pidiendo ayuda. Cuando es una persona solo, solamente hay que esperar a que se dé cuenta por sí misma; pero la cosa se complica cuando el objetivo es salvar una relación amorosa o una familia porque hay más miembros implicados que tienen que aceptar esa cuestión. Cuántos matrimonios se habrían salvado por haber dado un paso en firme a tiempo, cuántas familias podrían no haberse roto si el orgullo o el egoísmo no hubiese hecho presencia.
Me encanta que gente tan expuesta, y a la que ya no solamente jóvenes ven como ejemplos a seguir, digan en público que han necesitado ayuda para conocerse mejor, tratar de equivocarse lo menos posible en el futuro y refugiarse en la familia que han decidido formar. Su equipo, el que se ha mimado al extremo. Hoy en día la gente tiende a huir a la mínima, y este gesto puede hacer que muchos se replanteen cosas que deben ajustar en su vida.
La terapia no es algo que vaya a solucionar todo lo que ocurre, pero sí que va a dotar de herramientas para tratar de paliar los estragos y ayuda a saber detectar en el futuro cuándo hay un camino que se está cogiendo de forma errónea. Reconocer un problema es el primer paso para solucionarlo.