La retribución por invertir en redes se queda ‘corta’ y aboca a una batalla entre CNMC y grandes eléctricas

La propuesta de tasa de retribución financiera (TRF) para las actividades de transporte y distribución de energía eléctrica de cara al tercer período regulatorio 2026-2031 está fijada. El planteamiento de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) supera el límite actual del 5,58% pero no alcanzará las pretensiones del sector, que continúa presionando. El número del regulador no llega al 7%, según ha podido saber La Información Económica en fuentes del sector, mientras que las grandes distribuidoras vienen reclamando una TRF de entre el 7% y el 8%.
En concreto, se espera que la propuesta de circular en la que se incluirá la TRF salga a consulta pública entre noviembre y diciembre, con fecha definitiva de adopción prevista para finales de octubre de 2025, por lo que todavía las compañías tendrían alrededor de un año para seguir peleando. Como ya publicó este medio, las últimas bajadas de los tipos de interés -y las que están por llegar- han complicado las pretensiones de las empresas. Competencia necesita el ‘aprobado’ del Gobierno para pasar del actual 5,58%. Aunque la potestad de fijar la tasa de retribución financiera para las actividades reguladas corresponde a la CNMC, el artículo 14.4 de la Ley del Sector Eléctrico (LSE) dispone que «para cada periodo regulatorio se establecerá por ley el límite máximo» de esta tasa. «Este límite máximo estará referenciado al rendimiento de las Obligaciones del Estado a diez años en el mercado secundario entre titulares de cuentas no segregados de los veinticuatro meses previos al mes de mayo del año anterior al inicio del nuevo periodo regulatorio, incrementado con un diferencial adecuado que se determinará para cada periodo regulatorio», especifica el citado artículo.
En este sentido, si al comienzo de un período regulatorio no se llevase a cabo la determinación del límite máximo se entenderá prorrogado el límite máximo fijado para el periodo regulatorio anterior. Y si este último no existiera, como ocurre actualmente, el límite máximo para el nuevo período tomará el valor de la tasa de retribución financiera del anterior, es decir, el 5,58%. La CNMC puede plantear una TRF mayor «en casos debidamente justificados» previo informe del Ministerio para la Transición Ecológica. También debe constar el impacto de su propuesta en términos de costes para el sistema respecto del que se derivaría de aplicar el valor anteriormente resultante. De su lado, el Ejecutivo tiene derecho a dictar orientaciones de política energética -sin imposiciones en cualquier caso- en dirección a que la TRF resulte lo suficientemente atractiva para que las empresas sigan invirtiendo y se alcancen los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que la CNMC tendría que tomar en consideración, según el artículo 1 del Real Decreto-ley 1/2019.
Jarro de agua fría sobre el sector
Bajo este escenario, las fuentes consultadas no descartan un nuevo enfrentamiento entre la CNMC y las grandes eléctricas como el que se produjo con la retribución correspondiente a 2020 -que reconoce las inversiones de 2018-. La propuesta de resolución cayó como un jarro de agua fría en el sector al ser «globalmente menor», según el propio organismo, que la que se venía liquidando hasta la fecha. Las mismas fuentes afirman a este medio que tuvo que mediar la propia presidenta de la CNMC, Cani Fernández, para poner paz. Finalmente se revisó al alza y ahora la propuesta de la TRF amenaza con romper nuevamente la ‘calma’. Hasta la fecha no se conoce que ninguna de las grandes distribuidoras haya recurrido la retribución en un intento de rebajar la tensión en un momento clave y en el que ha sido el primer reparto por parte de la CNMC -antes se encargaba el ministerio-.
Sin embargo, las eléctricas sí que están peleando por la retribución del año 2019 -que reconoce las inversiones de 2017-. El Tribunal Supremo ha abierto la veda a compensaciones millonarias con las primeras sentencias que afectan a distribuidoras de menor tamaño. Las grandes distribuidoras eléctricas del país son Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa (Naturgy) y EDP, mientras que hay centenares de menor tamaño integradas en asociaciones como CIDE o la Asociación de Empresas Eléctricas (ASEME).
Iberdrola maniobró para intentar que se eleve el límite máximo de la TRF a través de las alegaciones al anteproyecto de ley de restablecimiento de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán pidió otorgar plena competencia a la ‘nueva’ CNE en la metodología de retribución de las redes eléctricas, para lo que propuso la posibilidad de aumentar el tope, actualizar la metodología de los valores unitarios -algo que ya contempla la CNMC- e incluir más incentivos a las inversiones. El Gobierno lo rechazó considerando «necesario» mantener el límite superior de la TRF de acuerdo con la LSE.
Por su parte, Endesa fue la primera gran eléctrica en pedir públicamente un valor concreto para la tasa. La compañía que dirige José Bogas defiende elevarla en línea con otros países europeos en los que ya ha finalizado la actualización regulatoria de la remuneración de este negocio y reclamó una tasa para España que se sitúe en una horquilla de entre el 7,3% y el 8,7%.
En un estudio reciente, Morgan Stanley manejaba tres posibilidades. El banco de inversión plantea una TRF del 6,6% para un escenario «base». El diferencial sería de 102 puntos básicos respecto a la retribución vigente y de 327 puntos básicos frente a los Bonos del Estado a 10 años. El planteamiento más bajista dejaría la tasa en el 6,1% y el más optimista, que queda descartado, la llevaría hasta el 7,5%. En cualquier caso, independientemente del valor de la tasa, donde parece que el sector se planta y no está dispuesto a ceder es en el reconocimiento acelerado de las inversiones. Las compañías no quieren más sorpresas en las inspecciones y andar luego peleando las retribuciones mediante la interposición de recursos que se alargan durante años. Y por aquí es por donde puede llegar el equilibrio tras que la TRF no alcance el nivel que el sector esperaba. Es decir, una de cal y otra de arena.