Eurocopa y feria de ganado

 Eurocopa y feria de ganado



Ha empezado la Eurocopa de Alemania y mañana comienza también la feria Spoga y Gafa de Colonia especializada en ganado y jardinería. Es una bella coincidencia porque cada vez más, el fútbol se parece a una feria de ganado. Hace ya mucho tiempo que el futbolista ha perdido el control de la situación y que manda poco. Lo llevan de aquí para allá en aviones y autobuses como a un rebaño de vacas. La típica frase “el fútbol es de los futbolistas” es, cada vez más, un recuerdo del pasado.

El futbolista se ha convertido en un autómata que va a donde le mandan, hace lo que le ordenan, come lo que le indican y dice lo que tiene que decir. Es cada vez más complicado escuchar a un futbolista expresar una idea de su propia cosecha. Hay demasiado mangante en torno al mundo del fútbol, demasiado empresario, demasiado gestor interesado y demasiados vendedores de humo.

Hace mucho tiempo, por ejemplo, que ningún jugador tiene voz ni voto en la indumentaria deportiva que tiene que utilizar. Las camisetas son incómodas, los escudos y las publicidades son pegatinas que no transpiran y se pegan al cuerpo y son, además, un timo sangrante y vergonzoso para los aficionados. Es una vergüenza que la mayor parte de los diseños de ropa deportiva de este campeonato sean los mismos. Es una repetición burda que resultaría impensable en cualquier campeonato histórico.

Es una vergüenza que la mayor parte de los diseños de ropa deportiva de este campeonato sean los mismos. 

Los jugadores no hablan porque ganan mucho dinero, pero pierden en comodidad, identidad y respeto a su deporte. Con las botas sucede, casi siempre, lo mismo. Café para todos. Hay algún ejemplo encomiable de jugador que juega con las mismas botas temporada tras temporada y le pide a su marca lo que quiere. El resto se dedican a cobrar y callar. Es un mero pase de modelos de alguien que parece que no ama tanto lo que hace como para cuidar su rendimiento y también su apariencia.

Mucha dieta, mucho GPS, mucho correr de aquí para allá. Los entrenadores parece que están jugando a la videoconsola. La fuerza y la velocidad priman sobre el talento. Los representantes, presidentes, técnicos, árbitros, periodistas y burócratas piden su parte del pastel, quieren figurar y dejar su sello en un deporte que, en realidad, depende de lo que se hace con el balón. Hacen falta jugadores con más carisma y personalidad, que se den cuenta de quién manda. Pero ahora, lo que se lleva, es idolatrar a señores mayores con corbata que gestionan con las espaldas cubiertas. Mientras tanto, a ver si gano la porra.



Source link

Related post

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *