Es el paso para dejar de ser la eterna becaria
«En este tiempo sin empleo sentía desazón porque he estudiado, me he formado y he intentado adquirir la máxima experiencia posible sin mucho éxito«, cuenta María Salgado, de 23 años y graduada en Periodismo, que ha sentido en su propia piel la incertidumbre que produce el salto de las aulas al mundo laboral. Desde finales del mes de enero su situación ha cambiado, pues es una de las participantes en la segunda edición del programa de Primera Experiencia Profesional en las administraciones públicas, un plan puesto en marcha por el Ayuntamiento de Madrid, a través de la Agencia para el Empleo, con la intención de generar oportunidades laborales para los recién graduados.
«Este proyecto ofrece un puesto de trabajo a personas inscritas como demandantes de empleo en la Comunidad de Madrid que estén en posesión de una titulación oficial, ya sea de grado medio, universitario, formación profesional o certificado de profesionalidad», explican desde la Agencia para el Empleo de Madrid, organismo dependiente del área municipal de Economía, Innovación y Hacienda, encabezada por Engracia Hidalgo.
Las treinta personas participantes en esta edición, mitad hombres y mitad mujeres, de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años, han firmado un contrato de diez meses de duración para desempeñar funciones relacionadas con sus competencias y ocupar puestos de trabajo relacionados su formación académica y profesional, siempre tutorizados por trabajadores de la Administración.
En el programa de Primera Experiencia Profesional existen tres líneas de contratación: al menos un 20% se destina a empleos verdes, enfocados en preservar y restaurar el medio ambiente. El mismo porcentaje es para empleos en competencias digitales y el 60% se dirige a la línea general de empleo. Esto se traduce en una amplia variedad de titulaciones: psicólogos, periodistas, especialistas en jardinería, graduados en Derecho o administrativos, entre otros perfiles.
Con poco más de dos semanas en su nuevo puesto, los jóvenes se encuentran ilusionados con esta oportunidad laboral que les brinda la Agencia para el Empleo. Así lo explican en la sede de la Agencia varios de ellos, como María Salgado, que después de varios periodos de prácticas en agencias de comunicación, acabó en las listas del paro y veía como su futuro se alejaba de sus estudios: «Llega un momento que piensas que nada de lo que has hecho es suficiente, pero cuando te eligen y valoran tu esfuerzo te alegra, la verdad. Es el paso para dejar de ser la eterna becaria«.
El nuevo puesto de Salgado se acerca a su experiencia anterior, pues trabaja como técnico de apoyo en la oficina del gerente de la Agencia para el Empleo, realizando tareas de comunicación y redes sociales. En cuanto al trato con sus nuevos compañeros, se siente muy cómoda en su nuevo puesto: «Me gusta mucho la calidad humana que me he encontrado, ver que si tú te esfuerzas la gente te lo devuelve es muy satisfactorio».
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María Salgado (23 años)
La única forma de optar a estos puestos de trabajo es estar apuntado en el paro como demandante de empleo. Carmen Sánchez, de 22 años, explica que el proceso fue sencillo y todo se gestionó de forma muy rápida: «Me apunté al paro, me llegó una oferta del Ayuntamiento de Madrid y me inscribí, aunque pensé que no me iban a llamar. Desde ese día solo tardaron un par de semanas».
Actualmente, trabaja en la Agencia para el Empleo de Arganzuela como técnico de empleo, entre sus funciones está el hacer presupuestos, contratos o dar de a alta empresas. Este no es su primer empleo, pues trabajó como administradora en una ETT de Aranjuez al terminar la carrera de Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Para poder quedarse a trabajar en la Agencia necesitaría aprobar una oposición y es algo que no descarta: «Veré si esto me gusta y quizá haga una oposición».
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Carmen Sánchez (22 años)
Como en muchas otras candidaturas, el currículum que se exige es ciego, eso quiere decir que no incluye datos de carácter personal, por lo que se valora únicamente la experiencia y la valía profesional. Para Aroha Cobo, de 25 años y graduada en Administración y Dirección de Empresas, esta condición es le parece razonable, aunque le genera dudas: «Te da confianza e incertidumbre al mismo tiempo. Confianza porque te valoran por la experiencia e incertidumbre porque nunca sabes si podrá haber alguien mejor».
Su puesto actual es el de técnico de apoyo en departamento financiero y de gestión presupuestaria de la Agencia para el Empleo, donde compara los presupuestos que se hacen a principio de año con lo que finalmente se ha ejecutado. Antes estuvo en la administración de una constructora y posteriormente se fue al paro. «Animaría a la gente a aceptar la oferta si estás desempleada, por lo menos para probarlo y ya ver si te gusta. El trato con los compañeros es bueno y siempre están dispuestos a ayudarte».
Los jóvenes que consiguen este empleo municipal no responden siempre al mismo perfil. Un ejemplo es Lola Sánchez, de 23 años y graduada en Psicología, que aún no había tenido la oportunidad de trabajar en algo que se acercara a sus estudios. Desde finales de enero desempeña la función de técnica de empleo en la Agencia, donde realiza fichas de acogida, currículums o da de alta a empresas. «Me está pareciendo interesante el trato con las empresas y las personas, somos el nexo y es una parte importante», argumenta para justificar que el trabajo no está tan alejado de la psicología como parece. En un futuro le gustaría dedicarse a la psicología clínica, aunque no ha querido desaprovechar la oportunidad: «Esta experiencia me sirve para abrirme puertas en un futuro si no encuentro hueco dentro de la psicología clínica».
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Lola Sánchez (23 años)
Para optar a este tipo de empleo es imprescindible contar con estudios superiores, pero no necesariamente tiene que ser una carrera universitaria. Lucía Gabarrón, de 20 años, cursó un Grado Medio de Administración y Gestión y también accedió a este trabajo gracias a estar inscrita como demandante de empleo. «En los grados de Formación Profesional no nos informaron nunca de este tipo de oportunidades por parte de los ayuntamientos», cuenta con cierta resignación por considerar que no les hablan de todas las opciones laborales que están a su disposición.
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Lucía Gabarrón (20 años)
Al igual que personas como Lucía son seleccionadas gracias a su Grado Medio de FP, otras como Mónica Wirz, de 26 años, han acreditado una carrera de Psicología y un máster en Recursos Humanos. A pesar de sus estudios, estuvo buscando trabajo sin éxito hasta que llegó a su correo esta oferta de empleo del Ayuntamiento, donde uno de los requisitos era tener el grado de Psicología. «Cuando me dijeron que era la seleccionada fue una muy buena noticia para mí y para mi familia porque necesitaba encontrar un empleo».
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Mónica Wirz (26 años)
Este proyecto, enmarcado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuenta con el respaldo financiero de la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU. En la anterior edición del programa, donde participaron una veintena de jóvenes, los participantes valoraron la experiencia como un buen aprendizaje general. Además, destacaron la importancia de contar con un tutor a lo largo de todo el programa y el tener la ocasión de conocer el funcionamiento de una administración pública.