¡Celébralo como se merece! El triste cumpleaños digital

 ¡Celébralo como se merece! El triste cumpleaños digital



“Celébralo como se merece”, “pásalo bien con la tropa”, “felicidades, máquina”, “pasa un gran día”, “feliz cumpleaños”, “feliz vuelta al sol”, “feliz cumple” y otras estupideces vacías en forma de texto son la cosecha que uno recoge en estos tiempos digitales cuando llega el día del cumpleaños. Ahí es cuando se toca de cerca la soledad, la falta de empatía y la paradoja que nos brinda la tecnología que pretende acortar las distancias, pero, a veces, las alarga.

Mi amigo Diego cumplió años hace unos días. Me manda un mensaje de audio desde una estación en el que reflexiona sobre los mensajes vacíos, las llamadas recibidas, que se pueden contar con los dedos de una mano, y el efecto arrastre de algunas felicitaciones en absurdos grupos de WhatsApp. Me dice que esto me “da para columna” y le digo que sí, que lleva razón. Me dice “quedo a la espera” y le respondo “sí, jefe”. Me debo a mi público.

Hace unos años, Jesús, un tipo al que había conocido hace no mucho tiempo, me llamó para felicitarme el cumpleaños y me dijo que cada vez lo hacía más, que las felicitaciones por WhatsApp y por redes sociales no valen nada. Tomé ejemplo y, a veces, lo imito, aunque confieso que no es sencillo encontrar el momento y que, cada vez más, la conversación de cumpleaños es un género complicado que se está perdiendo.

El ridículo “¿Cómo te sientes con cincuenta mil años?” lleva implícita la repuesta “igual que ayer”.

De pequeños preguntábamos aquello de “¿qué te han regalado?” y la conversación fluía sola como sucede con el literario “cómo surge”. La pregunta “¿Cuántos caen?” hace tiempo que es una descortesía. El ridículo “¿Cómo te sientes con cincuenta mil años?” lleva implícita la repuesta “igual que ayer”. Así que solo nos queda espabilar y ponerle un poco de gracia al asunto. En las redes, ya sabemos lo que pasa, sobre todo en Facebook, donde hay felicitaciones en primera y segunda convocatoria, como en las comunidades de vecinos y el rollo ese de “gracias a los que ayer dedicasteis un rato a felicitarme”.

Y en los grupos de WhatsApp se produce el “efecto triunfo”, como en esos juegos de cartas en los que es obligatorio echar el triunfo. Alguien pone “felicidades, Paco” y comienza una letanía de felicitaciones vacías de gente con la que te has visto cinco veces en la vida o a la que apenas conoces. Así que ya lo sabemos, hay que tirar de teléfono, no ser vagos, tratar de mandar mensajes más originales y pensar en el que cumple años, que bastante tiene que aguantar. Y que cumplas muchos más. 



Source link

Related post

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *