Si mañana quisiese firmar con el Real Madrid, podría hacerlo
La final de la Supercopa de España es especial por muchos motivos, pero para algunos de sus protagonistas más que para otros. Un Real Madrid-Barça, un clásico, siempre es importante y siempre tiene trascendencia, y más si es en una final, pero para Nacho Fernández tendrá un extra añadido del que curiosamente sólo puede presumir también Sergi Roberto.
El capitán del Real Madrid, hoy por hoy y tras la salida de Benzema, es Nacho, igual que lo es por antigüedad este año en Can Barça otro canterano como Sergi Roberto. Por eso, para los dos será especial la final, ya que el partido del domingo supondrá para ambos la primera oportunidad de levantar un trofeo como capitanes de sus respectivos equipos.
No será la última, eso seguro, y menos viendo el ritmo de victorias que lleva el Real Madrid este año en el caso del central madrileño y conociendo de primera mano las intenciones a futuro de Nacho: «Estoy en un momento muy feliz en mi vida. El año pasado estaba un poco más agobiado por lo que iba a pasar, y justamente cuando estaba más agobiado me tocó jugar todo».
«Este año es diferente, está siendo un año muy bueno para mí, estoy jugando mucho, y no tengo ni la más mínima preocupación por mi futuro. La relación con el club es magnífica, si mañana quiero firmar con el Madrid, podría firmar. No tengo ningún problema. El hecho de que haya una firma o no en un papel no va a cambiar mi futuro», declaró en rueda de prensa de forma categórica Nacho.
Tanto su afición como el propio club, incluso él mismo como jugador. Todo el mundo le ha visto siempre como la gran oportunidad blanca de contar con un ‘One Club Man’ entre sus filas; un jugador fiel única y exclusivamente a la casaca blanca durante toda su carrera, desde infantil hasta la retirada como profesional. Sin embargo, esa era una opción que en los últimos tiempos parecía alejarse, aunque el amor de Nacho por el Real Madrid jamás haya estado en duda.
En este sentido, reconoció que cuando renovó el verano pasado se sintió «muy importante dentro de la plantilla», aunque en realidad siempre lo ha sido. El tercer central perfecto, un hombre de confianza, de la casa, siempre cumplidor. Todo virtudes positivas, pero nunca considerado la estrella ni el titular indiscutible. Un estatus que le sedujo en su día, pero más por su descontento en la casa blanca que por sus intenciones reales de marcharse.
Por eso, Nacho se plantea todo menos decir adiós al equipo merengue, el club de su vida: «Estoy teniendo una carrera cada año mejor y estoy un momento en mi vida en el que estoy tratando de disfrutar al máximo del presente. Eso es lo que me mantiene tranquilo. Es verdad que tengo el apoyo del club y la confianza del entrenador, que es lo que me hace disfrutar el día a día. Cuando llega la renovación, las cosas son fáciles para mí».
Esa lealtad, además, podría tener premio doble en caso de vencer a los azulgranas en la final, donde Nacho alzaría su primer trofeo como capitán blanco: «Siento felicidad de estar ante una oportunidad tan bonita, levantar el primer título como capitán, pero con la misma responsabilidad que cuando gané el primero. Aquí la exigencia es máxima».