Berrinche volcánico | Opinión de Chema R. Morais
Como el volcán islandés, la relación entre Gobierno y oposición se mueve entre el seísmo y la erupción –afortunadamente, metafóricos–, aunque el magma dialéctico no deja de crear fisuras entre ellos. En el capítulo de ayer, presidente y líder del PP se echaban en cara el hecho de no reunirse… cuando ya habían agendado un encuentro. Una situación a la que podrían dedicarse muchos epítetos, pero que Sánchez solo acertó a calificar de berrinche, palabra que repitió ad infinitum, en una espiral tan profunda como en la que se mueve la política patria.