El apoyo ciudadano a la UE aguanta tras la legislatura más dura de su historia reciente

La Unión Europea ha sido, es y será muchas veces una cuestión de fe, o de confianza. Esa confianza, de momento, resiste, incluso después de que el bloque comunitario haya tenido que afrontar la legislatura más exigente de su historia reciente. A solo seis meses de las elecciones europeas, el 72% de los ciudadanos considera positiva la pertenencia de su país a la Unión y el 70% nota un impacto positivo de esa membresía en su vida diaria. Esta puede ser la principal conclusión del Eurobarómetro de otoño, publicado este miércoles.
Además, si los comicios europeos -que se celebran entre el 6 y el 9 de junio de 2024- tuvieran lugar ya mismo, votarían un 68% de los europeos, lo que supondría una subida de unos 18 puntos respecto a la participación de 2019. Y es que la delicada situación global no parece haber erosionado el valor que tiene la UE para los ciudadanos, especialmente en una era en la que se ha empezado a apostar mucho más por las soluciones comunes, con pasos como el fondo de recuperación poscovid, la vacunación conjunta, el apoyo continuado a Ucrania frente a la invasión rusa o las inversiones en energías renovables.
Sin ir más lejos, en España el abrazo a la pertenencia de la UE asciende a un 78%, por encima de la media, erigiendo de nuevo al país como uno de los más europeístas de los 27. De hecho, ese optimismo respecto a la Unión se da especialmente en el sur. Y es que cerca de nueve de cada diez ciudadanos ven una repercusión positiva de la UE en su día a día en Malta (89%), Chipre (87%) y Grecia (87%).
Estos datos evidencian que el foco sobre la Unión Europea ha aumentado en los últimos años. La pregunta ya es «qué planea hacer» la UE ante los retos que se presentan, en lugar de mirar a las capitales. Pero el crecimiento del interés en ese sentido también provoca una mayor exigencia. En este sentido, más de un tercio de los ciudadanos de la UE considera que la lucha contra la pobreza y la exclusión social (36%) y la salud pública (34%) son los principales temas a los que debería dar prioridad el Parlamento Europeo, seguidos de la lucha contra el cambio climático y el apoyo a la economía y la creación de nuevos puestos de trabajo (ambos con un 29%). Hay crecimientos importantes en asuntos como la migración, que sigue eso sí sin ser una prioridad decisiva.